Células del hijo persisten en el cerebro de su madre desde la gestación
Robert Martone, experto neurocientífico de EE.UU., describe la importancia del hallazgo. “El vínculo entre madre e hijo es profundo, con una conexión física más profunda de lo que nadie pensaba.” “Las células microquiméricas no sólo circulan en la sangre, sino que están incrustadas en el cerebro.” El nuevo campo de investigación nos recuerda una interconexión que perdura más allá de la muerte. El experto científico estadounidense Robert Martone describe en un artículo en Scientific American la importancia del descubrimiento. REDACCIÓN HO.- Robert Martone, jefe del área de Neurociencia terapéutica en el Covance Biomarker Center of Excellence de Greenfield (Indiana, EE.UU.) explica en artículo publicado en Scientific American -principal revista mundial en alta divulgación científica-, el alcance del hallazgo científico (puede leerse íntegro aquí, en inglés). Parte del microquimerismo-presencia persistente en un organismo de células genéticamente distintas a las suyas -un fenómeno bien conocido y que parece relacionado con determinadas enfermedades autoinmunes, aunque sus razones no están claras. A partir de ello, se llega a la conclusión de que “el vínculo entre madre e hijo es profundo, y una nueva investigación sugiere una conexión física incluso más profunda de lo que nadie pensaba”. Un embarazo dura para siempre. “Los profundos lazos psicológicos y físicos compartidos por la madre y su hijo durante la gestación comienzan cuando la madre lo es todo para el feto en desarrollo, el suministro de calor y sustento”. Lo que se ha descubierto ahora es que“las células microquiméricas no sólo circulan en la sangre, sino que están incrustadas en el cerebro“. Se descubrió precisamente hallando células con el cromosoma Y circulando en la sangre de mujeres tras el embarazo. Como son células masculinas, “no podían provenir de la mujer, sino más probablemente de sus niños durante la gestación” en virtud del intercambio que se produce a través de la placenta, órgano formado de células de la madre y el feto. Las células pueden migrar a través de la placenta y residenciarse en diversos órganos: pulmón, músculos tiroideos, hígado, corazón,riñón y piel. Una mujer puede tener en sí tanto células de sus hijos como células de su madre, pues el proceso a través de la placenta es inverso. Es más: en animales se ha descubierto que células microquiméricas se habían convertido en células nerviosas, “sugiriendo que podrían estar funcionalmente integradas en el cerebro. Es posible que lo mismo pueda ser verdad en el caso de células en el cerebro humano”, afirma Martone. “Estamos acostumbrados a pensar en nosotros mismos como individuos singulares autónomos, y estas célulasextrañas parecen desmentir esa idea, y sugieren que la mayoría de la gente lleva los restos de otros individuos”, afirma el experto, ante los impresionantes resultados del nuevo estudio que muestra que las células de otros individuos también se encuentran en el cerebro. Son menos comunes en los cerebros de las mujeres que tenían la enfermedad de Alzheimer, lo que sugiere que puede estar relacionado con la salud del cerebro. El resultado es paradójico, dado que las mujeres con muchos embarazos (y por tanto con presumiblemente más células en el cerebro de sus hijos e hijas) tienen más probabilidad de tener enfermedad de Alzheimer. Tras discutir otros aspectos del experimento en su vertiente terapéutica - el hallazgo ofrece múltiples posibilidades, desde la reparación de tejidos, a la prevención del cáncer o el tratamiento de enfermedades autoinmune-, Martone concluye que este nuevo campo de investigación es “un recordatorio de nuestra interconexión“, una interconexión máxima, entre madre e hijo, que perduraría más allá de la muerte de la gestante… O del concebido, en caso de ser éste el que muera, como ocurre cuando es eliminado por el aborto. Fuente: hazteoir.org
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